sábado, noviembre 16, 2024
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¿Por qué la novia rompe a respirar el día de su boda?

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La tradición de la tarta nupcial está impregnada de historia, rituales y supersticiones.

El primer ritual documentado de ruptura de la tarta tuvo lugar cuando la Reina Victoria se casó con el Príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Saalfield en 1840; llevaba un vestido de satén blanco decorado con lirios y rosas.

En la época victoriana, las tartas de boda se hacían con bizcochos, tartas de frutas o tartas de almendras, pero el tocado de la novia solía cubrirse con azúcar en polvo.

Cuando los novios cortan juntos la tarta nupcial al final de la recepción, es tradición que ella corte primero un trozo para ella antes de dárselo a él para que lo consuma.

La tradición de la tarta nupcial se remonta a la época romana, cuando se colocaban pasteles sobre la mesa en los banquetes para representar la fertilidad.

La tradición de la tarta nupcial se remonta a la época romana, cuando se colocaban pasteles en la mesa de los banquetes para representar la fertilidad.

Los novios partían entonces un trozo de pan como acto de desafío a la muerte y la infertilidad.

En las bodas modernas, esta tradición ha evolucionado hacia algo ligeramente distinto: partir una tarta con su nuevo cónyuge el día de su boda representa su compromiso mutuo y sus esperanzas de una larga vida juntos llena de felicidad.

El primer ritual documentado de ruptura de la tarta tuvo lugar cuando la Reina Victoria se casó con el Príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Saalfield en 1840; llevaba un vestido de satén blanco decorado con lirios y rosas.

El primer ritual documentado de ruptura de pasteles tuvo lugar cuando la Reina Victoria se casó con el Príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Saalfield en 1840; llevaba un vestido de satén blanco decorado con lirios y rosas.

Puede que la tradición empezara por las flores de su vestido, que pueden considerarse un símbolo de nuevos comienzos, o quizá porque son tan bonitas que la gente quería partirlas en trozos más pequeños (y comérselas).

En la época victoriana, las tartas de boda se hacían con bizcochos, tartas de frutas o tartas de almendras, pero el tocado de la novia a menudo se coronaba con azúcar glaseado.

En la época victoriana, las tartas de boda se hacían con bizcochos, tartas de frutas o tartas de almendras. El tocado de la novia solía cubrirse de azúcar glas y decorarse con flores.

La razón era que la tarta nupcial era un símbolo de fertilidad: si la novia no se la comía en su primer día de casada, no tendría hijos.

Cuando la reina Victoria se casó con el príncipe Alberto en 1840, ¡rompió su propia regla al comerse parte de la tarta antes de irse a la cama!

Cuando la reina Victoria se casó con el príncipe Alberto en 1840, lució un impresionante vestido de satén blanco adornado con rosas rosas y rojas, creando así sin querer una de las piezas más duraderas del atuendo nupcial jamás inventado.

El vestido de la novia suele ser la parte más importante de la boda.

La novia debe llevar un vestido blanco que refleje su personalidad, pero se puede usar cualquier color siempre que sea favorecedor para su complexión y tipo de cuerpo.

El vestido puede ser de seda, satén o encaje; sin embargo, algunas tradiciones sugieren que los vestidos blancos son los mejores para las novias porque simbolizan la pureza y la inocencia.

Además de ser de color blanco (u otro color apropiado), muchos vestidos de novia se adornan con flores para simbolizar la fertilidad y la prosperidad de las generaciones futuras.

Cuando los novios cortan juntos la tarta nupcial al final de la recepción, es tradición que ella parta primero un trozo para sí misma antes de dárselo a él para que lo consuma.

Cuando los novios cortan juntos la tarta nupcial al final de la recepción, es tradición que ella corte primero un trozo para sí misma antes de dárselo a él para que lo consuma.

Esto se debe a que se supone que ella es la primera persona que come de este postre tan especial.

El papel del novio en este ritual ha evolucionado con el tiempo, pero debe tener en cuenta que no debe tomar más de un bocado hasta que su mujer haya terminado de comer el suyo… y volvemos al punto de partida: ¿por qué ocurre esto?

La respuesta está en la antigüedad, cuando las parejas sólo comían juntas si estaban casadas. Si ahora estás soltero pero aún tienes dudas sobre esta costumbre… bueno… ¡sentimos no poder ayudarte tampoco en eso!

Las tradiciones de la tarta nupcial están impregnadas de historia y rituales.

La tradición de romper la tarta en la cara de la novia se remonta a la época romana. Se creía que si se rompía algo sobre la cabeza de alguien, traería buena suerte y fortuna a ambos.

Esta superstición se sigue practicando hoy en día en las bodas de todo el mundo, aunque ha evolucionado con el tiempo.

En 1840, el escritor John Davis publicó un libro titulado «The Book of Rites: Or Customs of Society» (Libro de ritos o costumbres de la sociedad), en el que describe una ceremonia de rotura de la tarta nupcial que presenció en Inglaterra durante sus viajes al extranjero.

Según esta costumbre, después de cortar los primeros trozos de sus respectivas tartas (que estaban apiladas unas encima de otras), las parejas rompían trozos de sus propias tartas y se los lanzaban a la cara antes de llevárselos directamente a la boca, una práctica que continúa hoy en día.

Conclusion

La tarta nupcial es un elemento básico de la recepción, y es importante recordar sus orígenes.

Aunque las parejas modernas pueden optar por no seguir la tradición en lo que se refiere a la ceremonia del corte de la tarta o incluso al tipo que desean (¿tartas de frutas en lugar de bizcochos?), no se puede negar que este delicioso manjar existe desde hace siglos.

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